Ella se siente atraida, él solo quiere adentrarse en su sostén.
Hay nervios. Ella le mira constantemente, se atreve y le lanza un beso.
Él pierde la concentación. Hasta que ella se adentra en su entrepierna.
Hay un muro al frente, no hay forma de parar. Vísceras, humo, pendras impregnadas en fluidos y sangre.
Lo dicho, no hay forma de parar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
pero me gusta.
ResponderEliminarPues no se para. Adelante!
ResponderEliminar