¿Y qué tiene de raro alimentarse de ropa? Chris no era como esas zorras compradoras compulsivas. Él necesitaba saborear cada centímetro de tejido, deslizar, sentir, expulsar una bocanada de vapor como si de un pequeño orgasmo se tratara.
Qué se yo, agotamientos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario